viernes, 18 de septiembre de 2009

POR FIN OTOÑO

Ayer Jueves salí por la tarde como siempre, con mi bici, recorrí las pocas calles que me separan del carril bici y corrí dirección Casa de Campo.

Me esperaba mi amigo Pepe, estrenaba ruedas nuevas y le sobran fuerzas para quemarme en alguna subida.

Ha empezado ya las lluvias otoñales y le he puesto a la bici de montaña rígida unas ruedas lisas y finas.

Me da pereza ensuciarme entre semana, mancharme de barro y de agua fría por las tardes, ahora a las 20:00 ya es casi de noche, dentro de unos días, sobre todo con el cambio horario, a partir de las 17:00 h. , noche cerrada.

Pues como iba diciendo, me dirigía corriendo a la Casa de Campo, por el carril bici, que tiene poca iluminación o ninguna, que han crecido salvajes los arbustos y se han comido parte del carril, que ya es era estrecho de por si, con curvas que no te dejan ver quien o que viene en sentido contrario y sentí un poco de frío.

Me ha había llevado por si acaso un chubasquero, atado en el manillar, por si me pillaba algún chaparrón, pero no me lo puse en toda la tarde, eso si, la camiseta de media manga y cerrada la cremallera, los pantalones cortos y los calcetines ligeros.

Se fueron cruzando diferentes ciclistas, que luego me di cuenta que volvían a casa, corriendo sobre sus bicicletas, de largo, con chaqueta y algunos con gorros de lana debajo del casco, uffff.... ¿y para el invierno que dejan?

Llegue por fin al Parque, 30 minutos desde mí casa, soledad, casi nadie corriendo, pocas, muy pocas bicis.

La temperatura había bajado en la última semana casi 20º C, un poco de agua, falta de luz y nos habíamos quedado solos en Madrid.

¿Dónde están los que entrenaban hace unos días? Los que corrían, saltaban, reían a nuestro alrededor.

El Otoño entra en Madrid y de nuevo, los pocos que seguimos con nuestra rutina entre semana, nos quedamos solos.
Pepe y yo empezamos a darle a los pedales, una recta, llaneo, cuestas y unas cuantas buenas historias.

A las 20:00 vuelta a casa, cansado pero sabiendo que este fin de semana, si me quieren dar paliza estaré medio preparado.

Para cuando empiecen los calores el próximo año, aquí estaremos nosotros, con las bicis y buenas historias.

Nos vemos.

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